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jueves, 22 de octubre de 2009

El cine como marketing territorial. New York, I love you

Ya lo he confesado alguna vez. El cine me aburre. El plan de ir al cine, quiero decir, me aburre. La mayoría de las películas de los circuitos comerciales me parecen aburridas y al de diez minutos ya estoy distraído, necesito hacer otra cosa -lo cual es imposible en un cine- y he encontrado los personajes absurdos e irreales. Y claro, no me gusta el cine lo suficiente como para buscarme opciones en círculos menos comerciales. Así que sirva como otra confesión: sé muy poco de cine, así que no tengo criterio.

El caso es que la semana pasada fui al cine. Engañado además, porque pensaba que el plan incluía ver El secreto de sus ojos, que por lo visto merece la pena sí o sí, pero resultó que finalmente estuve condenado a estar sentado, en modo actividad única, viendo New York, I love you. Y como a todo hay que sacarle partido, pues al menos que valga para un post.

El cine, como el resto de industrias de la cultura de masas proveniente de Estados Unidos, conforma un poderoso aglutinador de ideas que moldean nuestra visión de las cosas. También en los temas urbanos. Pensemos, como ejemplo fácil, en cómo el cine (junto a las series de televisión), han extendido y uniformado la visión sobre el sueño americano del adosado, de forma que incluso El Cairo se suburbaniza hacia el desierto. El cine ha sido una de las grandes estrategias de difusión de la cultura americana, pero supongo que otros muchos ejemplos podrán a poner los expertos, aunque pienso en otros casos de utilización consciente del poder del cine en la época del III Reich (Leni Reifenstahl), en la de los bolcheviques y "El acorazado Potemkin" o, más de andar por casa, la película "Raza".

Así que supongo que esa misma fuerza para modelar opiniones, para conformar un ideario colectivo, para promover la "versión oficial" o la alternativa y para imprimir a fuego valores intangibles supongo que son las razones por las que se ha empezado a utilizar de forma consciente el cine como herramienta de marketing territorial y urbano. Digo "consciente" porque, por ejemplo, no estoy del todo seguro que Alfred Hitchcock en Vertigo tuviera claro que estaba haciendo un enorme favor a la ciudad de San Francisco al situar en el imaginario colectivo mundial escenas memorables del Golden Gate, de Presidio, de las secuoyas, de la torre Coit o de las cuestas en Nob Hill (creo).



La película New York, I love you, por lo visto, pretende continuar el camino que los productores iniciaron con Paris, je t'aime, ya que ambas siguen un mismo esquema. Utilizar la ciudad como una plataforma en la que suceden diferentes escenas que tratan de mostrar (algunos) valores presentes en la ciudad. L verdad es que París y New York no son precisamente ciudades que necesiten una película dedicada explícitamente a extender sus ventajas, porque son cientos las películas que lo han hecho y han tenido a ambas ciudades como telón de fondo en el que se han desarrollado muchas de las mejores historias del cine. Eso es lo que ha hecho, en parte, que estas ciudades quieran ser visitadas y vividas por tantas personas en el mundo, porque el cine nos ha ayudado a conformarnos de ellas una visión de lo que son. Por eso no entiendo muy bien que esta película sea necesaria, si es que realmente hay detrás un interés por hacer de ella una herramienta de marketing territorial de la ciudad de New York. Pero bueno, quizá nunca viene mal un poco de propaganda. Que el nombre suene, aunque no haga falta.

Más allá de esto, la película no es nada del otro mundo. Yo, desde que leí los cuentos de Julio Cortazar, espero que los relatos cortos (como es la película, un mosaico colectivo), impacten y tengan originalidad. Que sustituyan extensión por intensidad. Pero la mayoría de las escenas apenas tienen un punto así. claro que, como decía, no sé mucho de cine. Y, por otro lado, esperaba que si New York es la gran estrella del film, al menos apareciera con intensidad como escenario, como protagonista principal.

Total, que el cine es un gran vehículo para contar historias, eso ya lo sabemos. Y las ciudades quieren contar cosas, a veces no saben si contar historias propias o historias ajenas, pero necesitan contar. Pienso en Bienvenidos al norte, una película que el año pasado se estrenó y que dibujaba una visión alternativa a la tradicional sobre el norte francés fronterizo con Bélgica. No tengo datos tampoco en este caso para saber si había una decisión expresa de invertir en una película que contara con optimismo la realidad de este territorio y que buscara cambiar las ideas preconcebidas sobre él. Pero, en cualquier caso, seguro que ha ayudado a abrir algunas mentes.

Y claro, por no mezclar Marketing urbano y Barcelona, porque entonces aparece el nombre de Woody Allen y la película Vicky, Cristina, Barcelona, y entonces volvemos a discutir de lo de siempre. Y a lo mejor no es plan ¿O sí?

Dos notas al márgen:
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sábado, 13 de junio de 2009

El poder creativo de las ciudades: el papel del rock

Dejo la sencilla presentación que he preparado rescatando las ideas que surgieron de un post de hace ya un tiempo, El rock y el poder creativo de las ciudades, que como algunos recordaréis, dió lugar a un Mapa colaborativo en el que entre unos y otros fuimos añadiendo ejemplos de canciones. Luego, con el tiempo quedó olvidado, pero fue mi primer experimento de crowdsourcing y no estuvo mal, auqnue seguro que podría multiplicarse la lista por cien. Al final, en el post Rock y creatividad urbana. Posibles explicaciones acabamos definiendo algunas ideas que podemos aprender de la historia de la música moderna en las últimas décadas, ideas que extraidas de este ejemplo concreto, quizá den algo de luz sobre cómo se conforman movimientos sociales alrededor de la creativiad artística que permiten situar "en el mapa" a las ciudades.



Por si sirve de algo...

lunes, 25 de mayo de 2009

Exposición: Quinquis de los 80. Cine, prensa y calle

El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, una vez más, demuestra que sabe estar en lo más emergente buceando también en un pasado aún reciente, aunque los ochenta parezcan demasiado lejos. A mí me pillaron de niño aún, pero suficientemente mayor para recordar imágenes del Cojo Mantecas a finales ya de los 80 y alguna portada de periódico, comentarios clandestinos en el colegio sobre películas con no sé cuántos rombos sobre "El Vaquilla" o una estanquera en Vallecas. Después, con el tiempo, hemos dulcificado el recuerdo de aquella época con una memoria selectiva en la que hemos guardado sólo el "Un, dos, tres", las canciones de "Parchis", el España-Malta y el gol de Señor, la cara alegre de la movida madrileña, y otras bondades risueñas.

Por eso esta exposición que enlazo, Quinquis de los 80. Cine, prensa y calle, me parece tan sugerente porque rescata una memoria no tan dulce, una memoria más real de aquellos tiempos. Para variar, tampoco soy experto en cine, pero aquellas películas fueron posiblemente un fiel reflejo de las consecuencias del despertar explosivo a la libertad y las contradicciones sociales de la época. Una generación de jóvenes que se perdieron en la droga, la falta de alternativas de una recién estrenada democracia que arrastraba un modelo social ampliamente desigual, y reflejado en un urbanismo desarrollista de los años 70 que generó guetos de exclusión sin precedentes. Un marco urbanístico que generó el caldo de cultivo para todo lo demás.

Transcribo la presentación de la exposición, que se puede visitar desde el 25 de mayo hasta el 6 de septiembre:

Quinquis de los 80: cinema, prensa y calle

El punto de partida de «Quinquis de los 80» es la figura del quinqui acuñada por el fenómeno del cine de delincuencia juvenil. Los códigos de representación de la delincuencia juvenil del cine quinqui han pervivido hasta la actualidad de tal manera que el estereotipo del quinqui, sometido a un proceso de estetización, continúa hoy en día ejerciendo una fascinación desenfrenada.

Los barrios de los setenta: polígonos, paro y depresión

Durante los sesenta se pusieron en marcha, ante el déficit de vivienda barata, los planes de urgencia social. El resultado fue un urbanismo de pésima calidad, con unos barrios sin los servicios más básicos, hecho que precipitó la aparición de los movimientos vecinales. La crisis de los setenta y el paro acabaron por convertir estos barrios en el territorio germinal del quinqui.

Nuevas formas de ocio
Aquella generación de jóvenes fue partícipe, por primera vez en nuestro país, de las corrientes de la cultura juvenil. En la sala de juegos se presentan los elementos de evasión del estilo de vida adolescente: los colegas, el sexo y las drogas; así como las manifestaciones de la cultura popular que proyectaban imágenes afines de rebeldía, escapismo y marginalidad, como el cómico o la música.

Vía Límite

En 1975 un 25% de la población mayor de 14 años quedaba excluida del sistema educativo. La edad laboral -como la penal- se situó en los 16 años, así que para muchos jóvenes sólo quedaba la calle. Además, la irrupción de la heroína hizo estragos. En un clima de alarma social, amplificada por los medios de comunicación, el delincuente juvenil se convirtió en el enemigo público número uno.

Quinqui-Stars

La presencia que los jóvenes delincuentes tenían en los medios de comunicación es clave para entender su iconización. El Vaquilla y El Jaro son las estrellas más brillantes de este universo, auténticos héroes de la marginalidad, gracias a los biopics cinematográficos: Navajeros, la saga Perros callejeros y Yo, El Vaquilla. Estas películas conforman la médula del cine quinqui.

El reformatorio

El Tribunal Tutelar de Menores disponía de tres opciones para tratar el problema de la delincuencia infantil. La primera era devolver el niño a casa, si los padres accedían a ello. La segunda era internarle en un reformatorio. La tercera opción, reservada a los más peligrosos, era su ingreso en prisión. Ante la falta de plazas especiales, muchos ingresaban en las prisiones de adultos.

Desde las azoteas, veo la ciudad

A la obsolescencia de las instalaciones carcelarias, debía sumarse los problemas derivados de la superpoblación y la escasez de recursos. La herencia franquista dejaba un sistema basado en la versión más represiva y punitiva. La situación estalló con la ola de motines de 1977, que desembocó en la creación de la COPEL (Coordinadora de Presos Españoles en Lucha).
La pervivencia del mito

Este ámbito aborda la pervivencia que el fenómeno quinqui ha tenido después de su auge y del final trágico de muchos de sus protagonistas, tanto en la ficción como en la realidad. De la mano de una nueva generación, se produce una pirueta estética mediante la cual el quinqui de los ochenta se erigió en icono castizo cool. El mito hoy, especialmente en Internet, vuela libre.

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miércoles, 13 de mayo de 2009

Ciudad tomada

Escribe Andrés un comentario off-topic en el post de ayer con un tema clásico en este blog, sin duda el que más pasiones despierta: Barcelona, su famosos "modelo Barcelona", su identidad construida a base de estrategia de marketing global y reforma urbana, lo que se ha ganado y lo que se ha perdido por el camino, etc. Un tema en el que suele participar Marc con su visión más optimista o más posibilista, y últimamente ha habido cruce de conversaciones también en el blog de Federico. Recomendaba Andrés leer el artículo de opinión de Enric González hoy en la edición catalana de El País, La fiesta fingida, del que entresaco frases para ilustrar, pero que recomiendo leer entero:
Si vienen tantos visitantes y Barcelona está tan de moda, será que Barcelona es una ciudad magnífica, ¿no? Pues según. Las Vegas siempre ha tenido muchos visitantes y siempre ha estado de moda, pero no conozco a nadie que quiera vivir allí. Barcelona se ha convertido en un gran destino turístico, y eso comporta sus problemas.Somos un destino barato y liberal.

Da igual: el caso es que somos un destino barato y liberal, y eso ya tiene mal arreglo.

Barcelona siempre ha sido más bien canalla, reconozcámoslo. El tema no es de ahora. La ciudad de los setenta, que tanto se añora por su tolerancia, no era esencialmente distinta a la de hoy. Ahora se superponen, sin embargo, nuevos fenómenos: los sentimientos de modernidad aséptica y de "patrimonio" urbano estimulados entre la élite (recuerden que en Barcelona manda una pequeña élite hereditaria) por el fenómeno de la transformación olímpica; la duda identitaria y la pasividad comunes a cualquier catalán contemporáneo; el turismo de bajo coste (antes limitado a la Sexta Flota), y la desaparición de alternativas económicas

Es una ciudad que a la fuerza se agarra al turismo, y a la continua rutina de fiesta fingida que ello implica.No sé si somos conscientes de nuestra decadencia. Probablemente sí, y el conformismo general certifica el fenómeno. No sé si somos conscientes de que tras el escaparate no hay nada.
El artículo alude a la Barcelona canalla, de la que Andrés decía en su comentario:
Me encanta esa revindicación de la Barcelona "canalla" que hace (su verdadera virtud, y que nadie reivindica -por suerte, mejor que siga así clandestina-) y que me recuerda a esa tan lúcida de Maruja Torres que decía que esta ciudad, por mucho que la vistan de diseño, "se le sale el carácter destartalado mediterráneo por todas las costuras".
Creo que tiene que ver con algo que alguna vez hemos discutido aquí, el tema de la identidad urbana, que en estos tiempos creemos que se crea, se destruye, se amolda, se moderniza, se gestiona, se vende, se compra,...puede ser. Quizá somos tan sofisticados que podemos hacerlo, y quizá hasta lo sepamos hacer, no lo sé. El caso es que el artículo sugiere que, más allá de las políticas de marketing urbano, más allá de la capacidad que tenemos de reinventar con altas dosis de artificialidad nuestras ciudades para hacerlas competidoras de un mercado global, más allá de todo ello, sobreviven siempre en las fronteras de esa nueva ciudad inventada los rescoldos de la ciudad antigua, la ciudad que era, la forma previa de la vida urbana que la modernidad niega. Una forma urbana que, mediante resistencias no reivindicativas, simplemente siguiendo la vida misma de las gentes, permanece, arrinconada cada vez más. Como el cuento de Cortazar, Casa tomada, los espacios van haciéndose más pequeños por la invasión de los intrusos, y los "hermanos" del cuento (los habitantes de esa ciudad que ya no es) van dejándose arrinconar hasta que, sin lucha, pierden todo el espacio.

Pequeños espacios de resistencia sin ruido, grandes momentos de reivindicación ruidosa, simplemente la normalidad de hacer la misma vida más allá de la nueva ciudad,...hasta que ya no sea posible mantener ningún espacio de la Barcelona canalla, del Bilbao tropical, del Madrid castizo, del Londres obrero, del Getxo pesquero, de la Atenas pirata...para bien o para mal, cosas de la modernidad. Modernidad nada líquida: aplastante.

También te puede interesar: Foto 1 vía chris-tophe en Deviantart.
foto 2 vía Fran G. Rojas en PBase.

martes, 7 de abril de 2009

Barcelona: historias de amor y odio

Hemos dedicado tiempo en este blog a Barcelona; con tendencia al pesimismo, o al menos con tendencia a poner en el espejo las visiones más críticas. El libro Odio Barcelona ha ocupado parte de los debates, y también La ciudad mentirosa. Fraude y miseria del "Modelo Barcelona". También es cierto que últimamente han aparecido visiones más optimistas, aunque no exentas de capacidad crítica -y mucha- como en el caso de Toni Puig y su Marca ciudad.

Hoy aprovecho para destacar, vía recomendación de Marc, un artículo reciente publicado en El Periódico titulado Estimo Barcelona, escrito por Francesc Reguant, ex-concejal del ayuntamiento, en el que se exponen ideas más optimistas, una especie de recuperación de la memoria histórica ahora que la visión más crítica parece ganar terreno:

Hemos ganado una ciudad en la que nos gusta vivir, pero, a su vez, una ciudad que encanta a los que no viven en ella. Ello conlleva algunos peajes que forman parte del mismo paquete de bienestar. Pretender separarlos es absurdo e imposible. Esta atracción barcelonesa ha sido y es el principal motor de desarrollo de la Catalunya actual, tengámoslo presente. Hoy, Barcelona es nuestra marca más reconocida en el mundo, símbolo de calidad, imaginación y color. Efectivamente, hacer Barcelona es hacer Catalunya. Barcelona es la capital y la proa de un país. Anteponer desarrollo local o territorial y capitalidad es hablar de un falso dilema que solo puede empobrecer. Ante los Juegos Olímpicos, por ejemplo, se oyeron voces disidentes temerosas de una desnaturalización de la riqueza local. Los hechos hablaron con claridad negando el peligro. Desde nacionalismos mal entendidos se ha frenado, a veces, el potencial metropolitano. Por el contrario, la armonización de ambos conceptos es vital para multiplicar energías.

Por cierto. Esto es el prólogo para estos próximos días que pasaré en Barcelona.

También te puede interesar: Foto vía Paco CT.

martes, 24 de marzo de 2009

Marca ciudad, ese oscuro objeto de deseo

Reconozco, como otras veces, que tengo prejuicios de partida cuando oigo hablar de city marketing, de marketing territorial, de marca ciudad; en parte, porque no entiendo dónde está la ciencia ahí, cuál es el saber y el conocimiento que lo hace insondable para mí. Y, en parte, porque no sé qué es lo que está en venta y por qué habría de venderse una ciudad. Ni quién es su comprador, o si una ciudad puede estar en oferta, o haber un dos por uno. Sí, entiendo la parte de signar unos atributos a un objeto para que esos atributos -tangible o intangibles- puedan ser valorados por el público y un porcentaje de ese público pueda estar dispuestos a comprarlo. Dispuesto a comprar una ciudad si hay alguien dispuesto a vender una ciudad. Las cosas de la postmodernidad y de la visibilidad 2.0.

Esos son mis prejuicios, repito. Así que me propuse leer un libro, Marca ciudad, publicado por Paidós y escrito por Toni Puig, una persona que parece ser referencia en estos temas. Parece ser, digo, porque desconozco si lo es, prueba una vez más de que sé muy poco de esto. Así que, como no sé, he leído un poco y cuento lo que he encontrado, por si tiene sentido contarlo a mi modo.

He entendido que en el citymarketing puede haber tres aproximaciones complementarias y graduales en su desarrollo, y que normalmente se centra en el marketing de competencia en el mercado global de ciudades, que es posiblemente lo que más reparos me provoca. Principalmente, porque es un mercado muy restringido y elitista. Pero parece que el marketing de ciudad puede enfocarse también en términos de rediseño primero (saber en qué quiere transformarse la ciudad) y, sobre todo, en términos de implicación (el marketing implicativo), en el que la ciudadanía comparte y toma parte de esa transformación. Bien, bonito pero complicado.

He entendido que el citymarketing puede tener una visión puramente liberal, o bien perseguir objetivos más públicos vinculados al bienestar y a generar relación (marketing relacional). Bien como modelo teórico.

He entendido que las oportunidades que las ciudades tienen que aprovechar para reinventarse y hacer marketing de sí mismas con ello pasan por estrategias que, per sé, pueden dar resultados positivos o negativos, pero que no aseguran nada. Juegos Olímpicos, Exposiciones Universales, Forums, Capitalidades culturales, eventos políticos,...pueden ser experiencias positivas o negativas de transformación urbana. Es un listado que el autor completa con otras actuaciones que para mí tienen más calado; menos de evento y más de proceso. Incuso el efecto Guggenheim -ya lo hemos contado en alguna otra ocasión- es un proceso en el que el Museo fue posiblemente la excusa, pero existen otras oportunidades que me interesan más y a las que el autor dedica poco tiempo; por ejemplo, las estrategias basadas en la economía del conocimiento posiblemente sean menos mediáticas (y posiblemente necesiten un señuelo muy visible), pero me parecen de mucha mayor capacidad de tracción y de generar implicación social.

Hay partes del libro que he entendido bien, y otras que me han resultado demasiado imprecisas; quizá sea por el estilo literario, supongo que pretendidamente rítmico, con frase muy cortas, a modo de sentencias, con ideas que quieren sonar fuertes pero que acaban por aparecer muy difuminadas en mi opinión. Es un libro que, a ratos, suena a revancha, a saldar cuentas pendientes de la experiencia personal del autor en el Ayuntamiento de Barcelona. Esas cosas me resultan siempre difíciles de leer, como si no estuviera escrito para mí y leyera algo que no me corresponde. Pero aparte de esto, lo más interesante es precisamente la relectura que el autor hace de su trayectoria en estas décadas en las que Barcelona es, sin duda, un caso de éxito de reinvención urbana y, el mismo autor reconoce, de agotamiento del modelo y de necesidad de reinvención. Sobre esta historia concreta es donde sí cobra sentido la necesidad del rediseño urbano, ahí se justifica quizá atender a criterios de marketing urbano para generar adhesión sobre un proyecto compartido de vida en común en la ciudad. Y eso es un proceso constante y no una explosión a partir de un acontecimiento, evento o edificio emblemático (léase el excelente La arquitectura, ¿una especialidad del marketing?).

La propia experiencia del autor le sirve para contar de forma rápida pero atractiva su relación con ciertas ciudades y la admiración por los líderes políticos que han revolucionado algunas ciudades: Berlín convertida en centro cultural de Europa, la apuesta por la economía urbana en Curitiba bajo el liderazgo de Jaime Lerner, el Londres de Ken Livingston, el Porto Alegre del sueño de los presupuestos participativos y la visión democratizadora de Tarso Genro, la apuesta de Medellín por ser la ciudad que merece ser a pesar de todo o el ejemplo de Tirana y cómo con poco se puede hacer mucho para revitalizar una ciudad y el espíritu de orgullo de sus habitantes a través de intervenciones urbanísticas sin arquitectos estrella.

En unos días procuraré escribir desde un prisma compeltamente diferente, y es que ahora estoy devorando el libro Urbanalización; es un libro que va más allá de las estrategias de marketing territorial, pero que al mismo tiempo las revisa desde una visión muy crítica y desesperanzada, y se centra también en el caso de Barcelona. La máquina de producción de paisajes urbanos nos ha dejado ciudades iguales, productos de consumo indiferenciados. ¿La cara y la cruz de las estrategias de marketing de ciudad?


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jueves, 5 de febrero de 2009

Libro. La arquitectura del poder

Esta semana toca leer La arquitectura del poder, de Deyan Sudjic y publicado por la Editorial Ariel. Ya he reconocido otras veces que sólo soy un intruso de estos temas urbanos, y mucho más intruso me siento en cuestiones arquitectónicas. Pero supongo que escribo y leo sobre estos temas últimamente porque son una óptica más desde la que entender lo que nos va pasando.

Es una lectura muy recomendable; para un inexperto como yo, es fácil de entender las implicaciones de ciertos conceptos y luchas de estilos y escuelas que subyacen en algunos de los capítulos, y resulta fácil también reconocer a los principales nombres de la arquitectura del siglo XX, y todo ello con un estilo ligero y preciso en las anécdotas.

El libro parte de una premisa fundamental: la arquitectura ha sido históricamente usada como un instrumento de propaganda política y como símbolo de la imposición de los poderosos. Y, de forma subyacente, una hipótesis igual de central: el arquitecto necesita estar cerca del poder porque en los círculos del poder está el dinero con el que poder realizar sus sueños arquitectónicos. Para significar estas premisas, el autor realiza un relato accesible para los profanos y supongo que también ofrece a los expertos detalles poco conocidos. De Sadam Hussein a Mitterand, pasando por Cesar Augusto o Napoleón III, los diferentes capítulos van desgranando momentos históricos y proyectos urbanísticos y arquitectónicos en los que el autor señala las ansias de los poderosos por ver reflejado física y espacialmente su poder. Sólo por recordar lo que escribíamos hace unos días, hasta el propio Obama tuvo su sueño de convertirse en arquitecto, y quién sabe si, como otros, no ha convertido esa "vocación" en una trayectoria política.

El capítulo 2 (La larga marcha hacia el escritorio del dirigente) es un impactante relato, por ejemplo, de las relaciones entre Adolf Hitler y Albert Speer, el arquitecto oficial del III Reich, el arquitecto coreógrafo de los grandes despliegues militares que alucinaron a la población alemana y compungieron al mundo en la primera mitad del siglo pasado. Una buena forma de entender el significado altamente simbólico de la Cancillería alemana, mandada construir por Hitler para mayor gloria suya y, sobrer todo, para impresionar a quienes pasaban a despachar con él. Una buena forma de entender también la grandilocuencia nazi al leer los planes de reconstrucción de Berlín para convertirlo en una nueva ciudad, Germania, que sería la nueva Roma del siglo XX.



El capítulo 3 (Paisajes del poder) está dedicado, como no podía ser de otra forma, a Stalin, otro personaje fundamental de la historia del siglo pasado y que también entendió la construcción del espacio como una forma de representación de su poder y como una forma de ejercer ese mismo poder. Aquí el relato del libro se centra en los planes del dictador de convertir la Catedral de Cristo el Salvador en el Palacio de los Soviets, un edifico que reflejaría el poder del pueblo organizado y la superioridad de Stalin como líder supremo del pueblo. Para ello, llegó a convocar un concurso internacional de arquitectos en el que participaron las firmas más importantes del momento; nombres como Le Corbusier o Gropius presentaron sus proyectos, resultando finalmente ganador el proyecto presentado por Boris Iofan. El proyecto empezó a construirse pero la invasión alemana de 1941 dio por terminada precipitadamente su construcción y los materiales acabaron siendo utilizados para la construcción de puentes y estructuras defensivas, terminando de esta forma con el sueño constructivo de Stalin y de su arquitecto del poder.

Benito Mussolini también tuvo sus aires de grandeza arquitectónica, quizá a un nivel inferior, y también dispuso de sus arquitectos de cabecera, destacando entre ellos Marcelo Piacentini, encargado de la construcción del barrio EUR 42 (Exposición Universal de Roma 1942), pensado como continuación territorial de Roma y como forma de recuperar el esplendor imperial (fascista en este caso) de la ciudad. En este punto es donde resulta sorprendente valorar que en la Exposición Universal de París de 1937 se encontraron tres pabellones nacionales (Alemania, URSS e Italia) firmados por el trío de arquitectos del poder (Speer, Iofan y Piacentini), en un encuentro que hoy produce espanto, de los líderes de la estética totalitaria. Un momento histórico en el que, por otro lado, la II República Española trataba de hacerse oir internacionalmente en un grito de auxilio presentando un notable pabellón que incluía el Guernica, un símbolo de estética antitotalitaria. Pero la foto del edificio alemán y del soviético a ambos lados de la Torre Eiffel es suficientemente gráfica de los acontecimientos de los años posteriores.

A partir de aquí, el resto de capítulos amplían la información y la sucesión de anécdotas, que incluyen también a dirigentes democráticos de países democráticos, porque todos los poderosos, de una u otra forma, acaban cayendo en la tentación de ver plasmados en maquetas y después en la realidad sus sueños de posteridad. Es en estos capítulos donde aparecen nombres más actuales de la arquitectura como Santiago Calatrava o Frank Gehry y hay sitio para el efecto Guggenheim o el síndrome de los rascacielos. Sitio para contar cómo la arquitectura también es un instrumento para inventar naciones (Yugoslavia, Irán, Turquía), un instrumento para remarcar la identidad nacional en tiempos de incertidumbres (los empeños de Mitterrand por levantar a toda costa el Louvre y el Grande Arche de La Defense) o un instrumento para extender el poderío cultural estadounidense.

¿Dónde está hoy el poder? ¿Quién está construyendo las grandes representaciones del poder económico? Está bien claro: Dubai y el resto de ejemplos de su entorno (Abu Dabi, Astana, Beijing, etc.).

Termino referenciando dos buenas reseñas que podéis encontrar en el blog Islas y Territorio, y en el blog Tecnología Obsoleta. También recomiendo, gracias a Ethel Baraona, el número 6 de la revista Volume, titulado precisamente The architecture of power.

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lunes, 19 de enero de 2009

Obama. El primer presidente de los Estados Unidos de perfil urbano

A escasas horas de la toma de posesión de Barack Obama como nuevo presidente de los EE.UU es bueno recordar algunas de las explicaciones de su triunfo, sobre el que en su momento dedicamos algunos posts. Explicar el triunfo de Obama es tan sencillo como entender lo que han supuesto los ocho años de desastre de George W. Bush. Sólo con mirar su larga lista de infortunios, meteduras de pata y agresiones a todos los niveles basta para entender la aspiración de cambio que ha unido a gran parte de la población estadounidense.

Más allá de esto, Obama ha introducido otros factores en la teoría y en la práctica del marketing y las campañas electorales, al haber manejado de forma sorprendentemente eficaz las herramientas de la web 2.0 y haber accedido así a la emergente cultura digital que, de alguna forma, ha ejercido de ámbito de influencia y prescripción viral de su mensaje. Esta presencia digital de Obama ha tenido enorme impacto en la blogosfera española, y seguirá teniéndola ya que Obama mantendrá en principio sus actividades en las redes sociales.

En este post veremos cómo existen también otras explicaciones de su triunfo, concretamente la influencia del voto urbano. En efecto, Obama ganó las elecciones gracias a su influencia en los entornos urbanos, y a un programa electoral en el que precisamente los asuntos urbanos, con un marcado carácter social, ocupaban un papel importante.


Photo: Based on image by Matthias Winkelmann


Ya recogí en su momento algunos mapas suficientemente representativos sobre la realidad de la distribución geográfica del voto entre demócratas y republicanos, que recogimos en este post, donde veíamos el clarísimo liderazgo de Obama en las grandes ciudades (donde se concentra, obviamente, mayor cantidad de población), obteniendo nada menos que el 71% de los votos en las grandes ciudades, que representan el 11% del total de votantes. Este factor ya tuvo importancia durante la propia campaña electoral, rescatándose un viejo esquema que dice que los demócratas son de la ciudad y los republicanos de los suburbios.

Un esquema que la revista Esquire rescata estos días para enseñar cómo la victoria rotunda en los sectores urbanos ha sido determinante para la victoria demócrata, ya que en años en los que no ha conseguido obtener tanta distancia en el voto urbano los republicanos han salido tradicionalmente vencedores. Otros mapas nos ofrecen imágenes similares.

Sin duda, un presidente que ha plasmado su preocupación por la calidad de vida en las ciudades y por la calidad de las mismas ciudades en su programa electoral y en su propuesta de fortalecer su Administración con un equipo fuerte en Políticas Urbanas. Un presidente que ha pasado a ser el primer presidente metropolitano, si atendemos al lugar donde nació, creció y se forjó como persona y, también, de alguna manera, forjó su espíritu. Un presidente que soñó un día con ser arquitecto. Un presidente que ha sabido entender que había vida más allá del discurso del miedo y la seguridad.

A partir de aquí, posiblemente, una avalancha de decepciones frente a un estado de agitación del ánimo fácil de imaginar estos días en los Estados Unidos, al menos entre quienes han deseado este cambio.

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martes, 23 de diciembre de 2008

Premios Naider. Santiago Cirugeda

El pasado jueves celebramos el cuarto aniversario de Naider en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Este acto es una ocasión para encontrarnos con viejos conocidos, con compañías cotidianas y con próximos acompañantes. Y una ocasión también para reconocer a personas o instituciones de las que nos sentimos cerca, a las que admiramos o a las que queremos apoyar. Son los Premios Naider Acción y Compromiso, que este año hemos dado por segunda vez y que han tenido como premiados en cada una de las tres categorías a los siguientes:

En la discusión sobre posibles candidatos para la tercera categoría, entre los que propuse y apoyé estaba Santiago Cirugeda, finalmente premiado. En su página web podréis encontrar, quienes no le conozcáis, una buena visión de su trabajo, que descansa en modelos teóricos como la Instant City, la autoconstrucción , la creación de lo que llama Situaciones Urbanas como forma de tomar conciencia del compromiso y del papel de la ciudadanía en la ciudad y la búsqueda de soluciones imprevistas.

Santiago no pudo estar presente en el acto por problemas de agenda, así que estuvo la persona que le dice “lo que no puede hacer”, el abogado que busca los resquicios legales en las ordenanzas, decretos y leyes sobre cuyas líneas bordean en muchos casos las actuaciones de Cirugeda. Como tengo algo de jurista, me llama la atención el papel que ocupa este aspecto en su trabajo, ya que es evidente las contradicciones legales que sus intervenciones resaltan, al tiempo que estas mismas intervenciones se asientan en la tridimensionalidad de lo legal, lo alegal y lo ilegal.

Más allá de este esfuerzo por estar al corriente de estos mecanismos legales, la experiencia obtenida con el uso de los mismos ha demostrado que la mayoría están sometidos a la arbitrariedad de los técnicos que interpretan de manera particular las ordenanzas o legislaciones. Hay situaciones en las que la demanda pública de una masa crítica bien organizada es más eficaz que todo un largo y costoso procedimiento legal.. (…) Por otro lado, la lentitud de los procedimientos legales, así como la falta de garantía sobre el resultado de las denuncias o demandas, hacen que insista en el trabajo con diferentes colectivos, que se relacionan en red generando esa masa crítica que consigue encontrar y producir algunas parcelas de libertad. Básicamente se trataba de premiar una forma de mirar la profesión de arquitecto. Una forma peculiar y personal de hacer arquitectura desde parámetros como la experimentación, la unión de disciplinas, la colaboración creativa, la rebeldía, la vocación ciudadana y, sobre todo, un sentido muy afinado de cómo contribuir a la mejora social.
Os dejo el video de la entrevista que le grabaron en Ecosistema Urbano TV:




Con este premio creo que una empresa como Naider hemos intentado premiar una actitud. La actitud de repensar las cosas, de encontrar soluciones sencillas pero rompiendo esquemas también; la actitud de estudiar los límites de los legalmente posible y lo técnicamente viables, y convertirlo en realidad para crear respuestas para los problemas urbanos y las necesidades sociales.

Intuimos, además, que la labor profesional de Santiago, con lo que tiene de cierta transgresión y denuncia social, se sitúa como exponente de un movimiento más amplio de profesionales arquitectos y urbanistas con una sólida vocación cívica y de compromiso ciudadano.


Por cierto, hemos editado también un nuevo volumen de la revista Naider, que incluye la recopilación de los posts aparecidos durante el año en el Ateneo Naider, algunos artículos en profundidad (Incubadoras de empresas: motor de transferencia tecnológica y emprendizaje avanzado; Actualización de la política europea sobre cambio climático y renovables; Bilbao se espala, o la apuesta por al ciencia como motor de desarrollo territorial) y un poco sobre las bases del proyecto Naider, sus gentes y su modelo de desarrollo corporativo. Quien quiera un ejemplar puede pedírmelo o pedirlo directamente a través de la web.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Seminario Después del neoliberalismo: ciudades y caos sistémico

Sirvan estas líneas para iniciar la semana. Como conclusión de la anterior, me he propuesto bajar algo el ritmo de posts. A cambio, os adelanto alguna de las ideas (sin forma) que estoy manejando para los próximos días, por si alquien quiere compartir alguna referencia:

  • Comentarios al libro Bilbao y su doble; ya lo he leido y haré como con el libro de Barcelona.
  • Espacios émicos, espacios fágicos y no-lugares: me meteré donde no me llaman, hablando sólo de oidas y quizá cruzándolo con aeropuestos, aparcamientos subterráneos y estaciones de autobús.
  • Libros para navidades sobre urbanismo, arquitectura y demás temas urbanos.
  • Tengo pendiente desde el seguimiento de los resultados electorales de Estados Unidos escribir algo sobre la distribución del voto urbano y el voto rural en España.
  • Tengo algunos apuntes sobre Niemeyer; ya sabéis que soy un arquitector frustrado, así que mi conocimiento es escaso y puramente de aficionado, pero quiero ir de Brasilia a Avilés pasando por la idea de ciudades ex novo, tomando como excusa a Niemeyer.
  • La ciudad como derecho o el derecho a la ciudad.

Ahora las "cosas que no haré". Cosas que tiene lo de no vivir en la ciudad tan odiada es que no podré asistir ni participar en el seminario que quiero anunciar en este post. De entrada, el título suena atractivo, en tiempos -dicen- de reinvención del capitalismo. Este seminario, Después del neoliberalismo: ciudades y caos sistémico, tendrá lugar en Barcelona, concretamente en el MACBA, los días 28 y 29 de noviembre, dirigido y moderado por Neil Smith, autor entre otros libros de Uneven development: nature, capital and production of space.

Utilizando la oportuna frase de Habermas sobre el modernismo, podríamos empezar considerando que hoy el neoliberalismo «ha muerto pero sigue vigente», y que ello tiene ciertas implicaciones en nuestra forma de entender el cambio y el proceso urbanos. La oposición antiglobalización que surgió a finales de la década de los noventa y principios del siglo XXI, la implosión de la innovación neoliberal que se inició con la crisis económica «asiática» de 1997 a 1999, el colapso económico en Argentina y finalmente la crisis en la zona central de Estados Unidos tras la recesión del 2007 y la consiguiente crisis financiera global son los signos del fracaso del neoliberalismo. En realidad, en los últimos años no han surgido nuevas ideas neoliberales; el proyecto se ha quedado estancado, ha perdido impulso, ha empezado a atrofiarse y, finalmente se ha estrellado. En el mejor de los casos, es tan solo un vestigio geográfico y programático de un proyecto anunciado hace más de 25 años. Sin embargo, el neoliberalismo ha dejado (y sigue dejando) a su paso una estela de destrucción, tanto en los barrios pobres de todo el mundo, como en el medio ambiente o entre los marginados por razón de clase, género o raza o por pertenecer a un pueblo indígena. ¿Qué repercusiones tiene para la ciudad la atrofia del neoliberalismo? Aunque la crisis de las ciudades neoliberales es evidente hoy, por ejemplo, en la crisis de las hipotecas subprime en los Estados Unidos, la consiguiente crisis financiera global y la nacionalización directa o indirecta de los bancos, la crisis causada por el neoliberalismo es más ostensible en la geografía social global de las ciudades, desde São Paulo hasta Shangai, desde el Raval de Barcelona hasta los barrios bajos de Lagos. Los proyectos de desplazamiento urbano masivo de China son quizá las actuaciones pioneras de este cambio, pero hay muchos y variados ejemplos. El predominio de esta lógica neoliberal en la planificación y el desarrollo urbanos es una garantía de más empobrecimiento para muchos. Sin embargo, para otros, la ciudad neoliberal es un filón de opulencia, que quizá donde mejor se expresa es en la globalización del proceso de gentrificación. La falta de una alternativa general a un neoliberalismo atrofiado, junto a la creciente oposición, apunta a un futuro caótico de neoliberalismo resistente entremezclado con intentos de opciones alternativas y oposición frontal. Este seminario examinará la apariencia, la forma y los procesos de la ciudad «después del neoliberalismo» y atravesará los contornos del caos y la reconstrucción que ayudan a rehacer el espacio urbano. Nos centraremos en varias ciudades concretas, utilizando sus experiencias de neoliberalismo urbano –en su prevalencia y su atrofia–, así como en lo que puede aportarnos el futuro de la ciudad.

martes, 11 de noviembre de 2008

Comentarios al libro "Odio Barcelona"


Con este post prometo terminar ya con mi particular empeño en hablar de Barcelona, algunos casi dirán que es una cruzada personal por la orientación crítica de los posts. Ya he comentado alguna otra vez que no me siento capaz de hablar con conocimiento de causa; soy un visitante ocasional de la ciudad y no me da derecho a sentir como propias las críticas ni las alabanzas a la situación actual de Barcelona. Y además, resulta que la mayoría de los visitantes y vecinos más asiduos de este blog sois barceloneses y empiezo a pensar que en algún momento vais a revolveros en mi contra simplemente por pesado. Pero como mero observador que soy, me sorprende muchísimo el estado de sospecha en el que parece sumergida la ciudad en los últimos tiempos, con tantas críticas desde diferentes puntos de vista.


En todos estos posts hemos ido identificando entre unos y otros diferentes propuestas alternativas al discurso oficialista o al menos iniciativas que lo ponen en cuestión o que buscan más allá de la artificialidad del logo institucional:


El libro me ha divertido muchísmo, he de decir lo primero de todo; algunos de los capítulos son francamente divertidos, por lo experimental de su técnica literaria (genial el relato Barcelona Arcade, de Robert Juan-Cantavella, mostrando una ciudad convertida en videojuego) o por la caústica presetnación de tipos humanos (Formulario de entrada, de Óscar Gual, imaginando las preguntas de un cuestionario de acceso a la ciudad para cualquier aspirante a barcelonés). También hay mucha mala leche y mucha irconía ácida en El odio por venir (Carol París), con frases y términos antológicos que pierden algo de gracia fuera de contexto pero que a lo largo del relato dan forma auna visión cerrada y artifical de la ciudad. También el experimento de Agustín Fernández Mallo (Viaje experiencia ODIO BARCELONA) es un interesante ejercicio en el que aparecen las razones de ese odio a Bacelona. Ríos perdidos, de Javier Calvo es, en cambio, un relato denso y de raices antropológicas sobre el origen histórico de la ciudad que da un sentido revolucionario a la necesidad de acabar con los Magos Negros que se han adueñado de la ciudad.
El resto de capítulos también tienen interés y completan el libro con visiones desde el punto de vista de la cultura y la identidad digitales (Odio, de Eloy Fernandez Puerta) o el cruce de disiplinas culturales, destacando en mi opinión la intensidad de la crítica de Matías Néspolo en Sobre la reducción urbana a un simple logo o cómo se puede llegar a odiar una letra, del que destaco algunas frases:
  • Las ciudades nunca son un lugar vacío. Su nombre está poblado de sentido.

  • El nombre de una ciudad está condenado irremediablemente a la obesidad semántica.

  • No hay nada más hostil que habitar una ciudad ajena.

  • "Modelo Barcelona" ese dejar atrás la memoria de su legado fascista.

  • Toda esa mitología del Barrio Chino hace décadas que no existe y lo que vemos no es más que un parque temático.

  • Yo lo único que veo son nutridos grupos de inglesas o alemanas con una polla en la cabeza que vienen a celebrar la despedida de soltera de la eterna casadera, alborotados contingentes de jovencitos recién salidos del instituto en viaje de fin de curso aplatanados rebaños de jubilados holandeses con grandes sombreros de marichai en la cabeza.

  • Esta lógica cultural del capitalismo tardío a la que Barcelona responde a pies juntillas como la capital posmoderna por antonomasia.

  • En la sociedad del espectáculo global Barcelona deviene ciudad simulacro.

  • ¿Qué otra cosa es un logo sino una suerte de anorexia semántica?

Y rescato las frase e ideas de otros capítulos:
  • La ciudad corporativo-institucional es un acto de magia negra.

  • Cuando los hombres y mujeres que caminen por las calles de la ciudad ya no tengan ningún vínculo sagrado con el suelo y las piedras y los hueosos, entonces Barcelona habrá muerto del todo.

  • Los fines verdaderos de una ciudad. El culto. El trabajo. El foro.

  • La tematización de Barcelona: la Barcelona modernista, el Barrio Gótico, la Barcelona olímpica, la Recuperación del Litoral, el Fórum de las culturas, el Distrito 22@,...van expulsando a la población nativa para entregarle el territorio a los zombis turísticos y a los sirvientes del capital.

  • La ciudad como consecuencia de un uso exagerado del copy&paste.

  • En serio, ven a BARCELONA ARCADE, vas a ver qué bien, aquí todos somos diseñadores y los domingos por la mañana cantamos canciones de Manu Chao.

  • De noche, esta ciudad se convierte en la Estocolmo del sur de Europa. O, en palabras más directas, en un auténtico coñazo.

  • Barcelona es la única ciudad en la que, incluso para odiarla, te piden el pedigrí.

  • Ese parque temático que llamamos centro.

  • Desde aquí reto a los teóricos a que vengan a La Pau a decir que vivimos en una sociedad postindustrial.

  • Hay ciertos sectores en lso que el mejor modus vivendi tolerado es el de la bohemia sin talento, el del ocio con ínfulas, el de la vidorra sin medios.

  • Barcelona parece estar invadida por las hordas de la mugre.

  • Odio Barcelona poque hay mucho diseño y poca vida.

  • Odio Barcelona porque los que van en bici se creen superiores.

  • Odio Barcelona porque sí.

  • Odio Barcelona porque cada día parece tan agobiante como la plaza mayor de un pueblo o el día de la fiesta mayor. Nos obligan a vivir como turistas.

  • Odio Barcelona porque es un parquete temático de vomitonas de niños Erasmus.

  • Odio Barcelona porque no me dejan poner macetas con flores en mis ventanas pero dejan poner banderas.

  • Odio Barcelona porque todo está legislado.

Y dejo en enlace a dos vídeos (uno y dos).
En fin, siento sacar frases y descontextualizarlas. Simplemente, me he divertido mucho con el libro, hacía tiempo que no me encontraba con un texto desinhibido, ágil, diverso en sus formas y ácido en su fondo. Esos "Odio Barcelona" son un experimento de Fernandez Mallo: fue por calles y bareas con su máquina de escribir ofreciendo a la gente que redactar sus propias razones para odiar la ciudad, casi como una forma muy 1.0 de construcción colaborativa de un texto, y me entran tentaciones de animaros a escribir vuestras propias razones para odiar Barcelona, o al menos algunas de las cosas que podías odiar de la ciudad.

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lunes, 10 de noviembre de 2008

Archipiélago nº 62

La revista Archipiélago es un clásico de la cultura crítica. Su monográfico 62 se dedicó a la ciudad, con el fabuloso título de Crisis y reinvención de la ciudad contemporánea, con los siguientes contenidos:

CRISIS Y REINVENCIÓN DE LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA

  • De la ciudad concebida a la ciudad practicada, Manuel Delgado

  • Diagnóstico sobre la sostenibilidad: la especie humana como patología terrestre, José Manuel Naredo

  • Las grietas de la ciudad capitalista, Entrevista con David Harvey
  • Geografía urbana de la pobreza, Rosario del Caz, Pablo Gigosos y Manuel Saravia
  • Ciudades europeas, la sociedad de la información y la economía global, Manuel Castells
  • Superestructuras de infradiseño y otras miserias, Juan Diez del Corral
  • Barcelona: la reinvención de la ciudad portuaria en la nueva economía global, Jordi Bonet i Martí
  • Poco pan y mucho circo: el papel de los “macroeventos” en la ciudad capitalista, Carolina del Olmo
  • Manual para uso de territorios sobredesarrollados. Dualidades y acoplamientos: admnistradores y administrados, Rizoma
  • Ecología de la metrópolis. Algunas notas para un programa de investigación, Emmanuel Rodríguez
Recientemente he descubierto que en Área ciega (grupo que coordinó el número) se puede acceder a los contenidos de los diferentes artículos.

No escribo mucho más porque bastante tengo con leer alguno de estos artículos, terminar el "Odio Barcelona" (me estoy divirtiendo muchísimo con algunos relatos) y revisar también, vía Manfatta, algunos artículos de la revista Barcelona Metròpolis, cuyos contenidos recogen muy bien diferentes perspectivas (algunas críticas, otras más optimistas) sobre los sucesivos debates sobre la Barcelona real que hemos tenido por aquí últimamente.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Obama. Resultados electorales y distribución geográfica


Ayer escribía algunas ideas que durante la campaña electoral se han manejado sobre la influencia del voto urbano en la decisión final del pueblo americano. Sé que en los próximos días volveré a la carga con datos más focalizados geográficamente y con datos sobre las principales ciudades norteamericanas. Pero, por ahora, simplemente comparto dos mapas que me parecen suficientemente representativos sobre la realidad de la distribución geográfica del voto entre demócratas y republicanos, obtenidos del New York Times.

La primera imagen nos muestra un clarísimo liderazgo de Obama en las grandes ciudades (donde se concentra, obviamente, mayor cantidad de población), obteniendo nada menos que el 71% de los votos en las grandes ciudades, que representan el 11% del total de votantes. En cambio, un dato más sorprendente y que tiene que ver con alguna de las cuetiones que tratábamos ayer, hay un empate técnico entre ambos candidatos en el sector de los suburbios residenciales que represetnan el 50% de los votos. Esto, por mi parte, confirma varias cosas: la extraordinaria dimensión de este tipo de asentamientos semi-urbanos, su enorme importancia electoral y, sobre todo, que si existe una correlación entre voto urbanos demócrata y voto suburbial-rural republicano, es aquí donde ha ganado Obama y no en las grandes ciudades. Por contra, en los municipios pequeños y medios, que representan el 21% de la población, McCain ha obtenido mejores resultados que su contrincante, pero el peso específico de estos territorios no es suficiente ni suficiente ha sido su margen de victoria.

Las dos siguientes imágenes nos ofrecen una visión geográfica de estos datos; por un lado, el mapa que refleja el margen de victoria en cada condado y por cada candidato nos da una imgen de la importancia de las victorias en los entornos urbanos y las grandes metrópolis, siendo Obama el que mayores diferencias de voto ha obtenido en las grandes ciudades, suponiendo así esos triunfos una gran ventaja frente a muchas victorias en pequeñas poblaciones de su rival, que no impiden en cambio que Obama consiga el triunfo global en el Estado. Por otro lado, el mapa de victorias por condados nos ofrece una primera imagen de Estados Unidos claramente republicana, condado a condado. En toda la zona centro apenas se pueden encontrar condados con victorias demócratas, territorio por tanto exclusivamente republicano. Sin embargo, las vistorias demócratas se han dado en los condados más poblados (más urbanos por tanto) y por diferencias más holgadas cuanto más poblada es la zona.

Por último, recojo el guante lanzado por Marcg y me comprometo a buscar datos para escribir sobre el comportamiento electoral en España del voto rural y el voto urbano, a ver si se han encontrado correlaciones significativas.

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martes, 4 de noviembre de 2008

Los demócratas son de la ciudad y los republicanos de los suburbios


Entendiendo por "suburbio" el concepto americano, que engloba los desarrollos de adosados tan característicos de las afueras de las ciudades, podemos hacernos la pregunta de si el electorado demócrata es eminentemente urbano y el republicano es rural/suburbial. Es algo que se preguntan en El Mundo en La ciudad contra el campo. En este blog hemos seguido muy de lejos la batalla electoral que culmina hoy, pero sí hemos atendido la presencia de la agenda urbana en los medios y la aproximación de los dos candidatos a los temas urbanos.

La comparación que propone El Mundo tiene algo de obvio; en los estados con mayor presencia demogáfica de habitantes en ciudades el voto demócrata suele ser tradicional, identificando además a esa clase social de "urbanitas" como aquella con valores más progresistas, más modernos y culturalmente más abiertos, frente a una clase social algo más difusa de "rurales" donde entrarían tanto las poblaciones menos urbanas de los estados centrales de la union como los emigrantes urbanos que han huido del centro urbano para instalarse en asentamientos suburbiales, con una mentalidad y unos valores más tradicionales, con una visión centrífuga respecto a la autoridad federal y cualquier intento de intervencionismo. Por tanto, parece fácil establecer esta comparación y, de alguna forma, plantearse también estas elecciones como una diputa entre la América urbana y la América rural.

Sin embargo, quizás la realidad sea más compleja; por un lado, esa América rural no es monolítica y algunos se plantean incluso que los suburbs conforman una clase social subrepresentada políticamente ya que ninguno de los dos partidos estaría atendiendo sus demandas particulares. Por otro lado, la diferecniación parece sugerir que hubiera también una disputa entre la América rica y la América pobre, pero los datos no parecen confirmar esta cuestión. Poque es evidente, como afirma Richard Florida, que ganar en los estados más ricos no quiere decir que te estés llevando los votos de las clases más ricas, ni al contrario. Por otro lado, en el ambiente general de las elecciones ha flotado en el ambiente la diferecniación entre la América real y los residentes en ciudades, como una propuesta más de aproximación a las mentalidades y aspiraciones de la población americana en función del medio social en el que se desenvuelven. A este respecto, el Washington Post publicó un artículo en el que precisamente marcaba el carácter claramente urbano de la personalidad de Obama como elemento generador de atracción de este voto para el partido demócrata, frente al perfil más de la "América real" con el que se identifica más la propuesta republicana.

Estos son algunos apuntes que he podido rescatar de los análisis que he revisado estos días. A partir de mañana, intentaremos ve si se confirman estas sospechas sobre la importancia del voto urbano en las elecciones americanas.

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Y más listas de ciudades: ciudades emergentes

Bueno, esto va a acabar por ser un recopilatorio en toda regla, pero es que me llaman mucho la atención estas listas, el efecto que producen de comparación y el sentido de competitividad entre ciudades que subyace en ellas, contribuyendo así a ese mercado de las ciudades tan de moda en los últimos tiempos.

Por un lado, tenemos una encuesta-juego promovido por la publicación viajera Travel and Leisure, que ha promovido entre sus lectores y suscriptores la America´s Favorites cities 2008, en la que ha resultado como ganadora Boston. Mediante un cursioso sistema tipo match point, se hna ido comparando hasta 25 ciudades en 45 categorías, participando más de 125.000 personas en la consulta. Los resultados permiten comparar ciudades de forma interactiva y revisar los resultados en cada una de las categorías, que recuerdan, por otro lado, a las incluidas en el Global Cities Index 2008 que ya revisamos, en especial en relación a la oferta cultural y de estilo de vida. Igualmente, por el tipo de enfoque de su promotor, la encuesta incluye principalmente datos sobre tiempo libre y viajes, que también resultan de interés. De forma sintética, los criterios son los siguientes:
  • Personas
  • Cultura
  • Calidad de vida
  • Viaje
  • Compras
  • Vida nocturna
  • Restaurantes
  • Periodos de vacaciones
Por otro lado, se ha publicado también recientemente el Índice Mastercard de Mercados Emergentes, un estudio (Mastercard Worldwide Centers of Commerce) más interesante y de carácter global, que hace referencia a una de las tendencias dominantes en estos comienzos de siglo, la emergencia de nuevos centros urbanos a nivel mundial. Un estudio previo de la entidad ya avanzaba la emergencia de estos nuevos centros periféricos a nivel financiero, y ahora aun estudio en profundidad clasifica a las 65 ciudades más importantes en los mercados emergentes. Se trata, sin duda, de un estudio sumamente relevante precisamente para los estudiosos de la liga mundial de ciudades, de la Cities Champions League, ya que parece que se amplía la liga, históricamente vetada para ciudades del mundo que cuentan hoy con un dinamismo que las ciudades "históricas" están perdiendo.

En Gestion Urbana se han ocupado de profundizar en sus contenidos y trasncribo algunas de sus impresiones:

El Índice evaluó a 65 ciudades de acuerdo con ocho dimensiones relacionadas con su clima de negocio, entorno político, crecimiento económico, calidad de vida y creación de conocimientos, y explora las atractivas tendencias económicas regionales y globales que distinguen a estas ciudades como futuros centros de desarrollo. “Debido al actual clima económico, el Índice MasterCard de Mercados Emergentes refleja la relevancia cada vez mayor de las ciudades de economías en vías de desarrollo, haciendo de la comprensión de sus dinámicas un elemento vital para las corporaciones que se han propuesto obtener un desarrollo sostenible”, explicó Carlos Fonseca, Líder de Inteligencia de Mercado y Planificación de MasterCard para Latinoamérica y el Caribe. “Es más, este estudio se propone ofrecer una perspectiva innovadora de los papeles y potenciales de las ciudades ubicadas en los mercados emergentes con respecto al comercio regional y global”, añadió Fons.

Metodológicamente, el índe se ha construido apartir de 8 dimensiones (Ambiente Económico y Comercial, Crecimiento y Desarrollo Económico, Ambiente de Negocios, Ambiente de Servicios Financieros, Conectividad Comercial, Educación y Conectividad en TI , Calidad de la Vida Urbana, Riesgo y Seguridad), 65 indicadores y 89 sub-indicadores, de contenido eminentemente económico, dando como imagen una foto de las ciudades como centros de negocios principalmente.

Como principales conclusiones, podemos extraer:

  • China lidera el proceso mundial de emergencia de nuevos centros finanieros urbanos, ya que a nivel mundial la mitad de las ciudades emergentes pertenecen a este país.
  • Entre los países del Este de Europa, tan sólo Budapest parece que alcanza un cierto papel en la escena internacional, estando presentes también entre los 15 primeros puestos Estambul, Varsovia y Moscú.
  • En América del Sur, Brasil destaca entre todos los demás países y Santiago de Chile también obtiene buenos resultados.
  • En el Caribe, tan sólo Santo Domingo aparece en el listado y en el puesto 51, lo que refleja la baja inserción de esta parte del mundo en la economía global.
  • La zona BRIC está viendo consolidarse también un poder local emergente en paralelo a su fortaleza nacional.

Por último, una entrevista por la conocida Saskia Sassen, explicando la importancia de los mercados emergentes:











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