miércoles, 10 de febrero de 2010

Ficciociudades #10. Skrunda-1 (Letonia)


Una nueva edición de la serie. Se trata de un caso que descubro hoy a través de El País, francamente curioso. Skrunda-1 está en Letonia (aquí su posición en Google Maps) y sirvió como base de radares en la antigua Unión Soviética, radares que servían para avisar de la potencial llegada de misiles intercontinentales desde Estados Unidos. Cosas de la Guerra Fría.

Y cosas del capitalismo frenético de Rusia, la ciudad ha sido subastada y comprada por un grupo de inversores rusos (Alekseevskoye-Serviss). En realidad, se trata de una antigua posición del ejército soviético, adyacente a la verdadera ciudad, Skrunda, y podría formar parte perfectamente de otros listados sobre ciudades fantasmas en el mundo.
La pregunta es ¿qué querrán hacer con ella?
Foto tomada de esta web.
Otros posts relacionados:

martes, 9 de febrero de 2010

La tecnología aplicada a los servicios y el funcionamiento urbano


Como comenté hace unos días, durante este año abriré algunas líneas de trabajo en este blog vinculadas a los proyectos en los que estoy involucrado últimamente. Como siempre, serán aproximaciones documentales y en algunos casos analíticas, con el objetivo de ir ordenando ideas y, de paso, discutirlas y alimentarlas entre todos los que habitamos este barrio.
La ciudad contemporánea ha sufrido importantes transformaciones y seguirá sufriéndolas en las próximas décadas para continuar siendo el escenario del desarrollo colectivo. Explorar de qué forma el espacio urbano se usará de forma diferente podrá permitir identificar las nuevas visiones urbanas, revisar las utopías urbanas para el nuevo siglo y encontrar los patrones de futuro para temas como la movilidad, la identidad histórico-cultural, el espacio público, la arquitectura, las dinámicas de concentración económica, la cultura urbana, etc.Todos estos enfoques nos sitúan ante una realidad en la que las cosas no serán como soy hoy; sin sueños apocalípticos ni promesas futuristas, dentro de 20 años las ciudades deberán ofrecer a la ciudadanía nuevos servicios avanzados (transporte, energía, abastecimiento de agua, edificación, espacio construido, servicios de la salud, limpieza e higiene, etc.).

Un primer esquema incluye los siguientes elementos, a falta de completar mejor la descripción de cada uno de ellos, que lo haré en próximos posts):
Medios de transporte y opciones de movilidad urbana
Transporte colectivo:
  • Autobús
  • Tranvía
  • Metro
Transporte individual
Sistemas de uso compartido
  • Sharing
  • Pooling
  • Bicing
Infraestructuras para la movilidad urbana
  • Red viaria
  • Red ciclista
  • Red peatonal
  • Red aérea
  • Red subterránea
Gestión del ciclo integral del agua
  • Eficiencia
  • Gestión de la demanda
  • Infraestructuras de oferta
  • Sistemas de depuración, reciclado y aprovechamiento alternativo
  • Parques y jardines
Energía
  • Arquitectura
  • Eficiencia
  • Renovables
  • Gasolineras
  • Electrolineras
  • Calefacción y aire acondicionado
Ciudad digital
  • Realidad aumentada
  • Pantallas urbanas
Para todos estos temas, intentaré ir repasando tecnologías emergentes y sus posibles aplicaciones, las tendencias en la opción por unas tecnologías u otras como solución principal para cada uno de estos aspectos, posibles desarrollos futuros en los diferentes sectores industriales y tecnológicos implicados,...ya iremos viendo sobre la marcha. Esto es sólo un borrador, abierto a otras formas de organizar los temas, a nuevos temas a incluir, aportar ejemplos, etc.

lunes, 8 de febrero de 2010

Por qué las ecociudades no serán la solución


Las ecociudades llevan un tiempo apareciendo como promesa para traer la sostenibilidad a las ciudades. Se plantean como proyectos integrales de construcción de espacios utópicos de desarrollo de nuevos entornos habitables que cumplen al máximo con los requerimientos de reducción de emisiones de CO2 (zero emissions), de residuos (zero waste), etc. Encierran una visión optimista (se puede construir desde sus bases una estructura urbana capaz de ser sostenible por sí misma y de mantener un equilibrio sistémico en su funcionamiento ecológico) pero también una visión pesimista (es imposible conseguirlo en la ciudad ya construida y no merece la pena dedicar esfuerzos a resolver la insostenibilidad del modelo urbano actual). Tenemos ejemplos conocidos internacionalmente como Masdar o Dongtan (esta última ciudad, con sospechas de ser sólo propaganda), planteados como mega-proyectos, y otros a escala menor en procesos de regeneración urbana como el conocido caso de Hammarby Sjöstad (ecobarrios), y en todos los casos construyen sobre nuevo un ideal sostenible. El Manual para el proyecto de ecociudades en Europa, fruto del proyecto Ecocity, es una buena guía para entender cómo se diseñan este tipo de intervenciones, aunque en este caso sobre todo se aborda a escala de barrio.
He encontrado en el nuevo libro publicado por Earthscan, Building for a climate change. The Challenge for Construction, Planning and Energy, un capítulo muy crítico con el actual auge de las eco-ciudades (eco-towns or eco-cities) como desarrollo urbanístico integral basado en criterios de sostenibilidad. El capítulo (Eco-towns: opportunity or oximoron) se centra en justificar cómo las autoridades británicas han rechazado sistemáticamente este tipo de proyectos.

En una importante polémica hace casi dos años (circunscrita al caso británico, pero de interés general), Simon Jenkins, periodista especializado en temas urbanos y arquitéctónicos de The Guardian, señaló de forma clara dónde está el problema y escribió un artículo completo (Ecotowns are the greatest try-on in the history of property speculation) donde destaca una frase lapidaria: "Building new houses emits 4.5 times more carbon than rehabilitating old ones, new eco-towns are a big failure". Dermot Finch, director del Centre for Cities acudió unos días después con argumentos similares en Eco-towns are not the answer to climate change or housing needs e incluso el propio Richard Rogers intervino con una respuesta en el propio periódico, apoyando estos planteamientos críticos y sugiriendo a las autoridades abandonar la idea de apoyar la construcción de una serie de eco-ciudades en el país. A pesar de esta polémica, finalmente a mediados de 2009 el gobierno británico apoyó la construcción de cuatro eco-towns, con la oposición, entre otros, del movimiento en defensa del territorio rural.
Ethel Baraona escribió hace poco un artículo muy preciso sobre los problemas de concepto de una arquitectura pretendidamente sostenible que olvida mirar al metabolismo urbano en su conjunto, donde está el problema central del modelo energético de las ciudades. En la polémica británica añadían un elemento extra, el de la posibilidad de favorecer procesos inmobiliarios especulativos sobre terrenos aún no edificados, elemento que en nuestro caso no llega a ser significativo, porque, desgraciadamente, no hemos necesitado de la excusa de la sostenibilidad para ver esas dinámicas especulativas. Más interesante es, en cambio, fijarse en cómo pueden convertirse en un elemento de distracción para desviar la mirada sobre lo que es realmente necesario.
Y este debate es urgente; primero, porque las grúas se han parado y los cantos de sirena del cambio de modelo productivo hablan de sostenibilidad y la tentación puede ser aspirar a crear nueva actividad en el sector de la construcción promoviendo desarrollos en forma de eco-ciudades exnovo. Y, en segundo lugar, porque lo absolutamente urgente es la apuesta decidida por la rehabilitación del parque de vivienda privada, áreas industriales y equipamientos y edificios públicos.
Estas eco-ciudades (como el caso de Sarriguren, tan conocido en España) han podido tener cierto valor demostrativo, como experiencias piloto de posibilidad de aplicación de nuevas soluciones tecnológicas para los sistemas de calefacción, de aislamiento y de consumo de energía en los edificios, pero no son una solución aceptable. En un país en el que hay miles de viviendas vacías no debería construirse ninguna vivienda más en realidad, al menos si atendemos a razones objetivas de utilidad social de la vivienda, y cualquier desarrollo urbanístico que se justifique por sus bondades sostenibles será falso o, en el mejor de los casos, un error bienintencionado.
Sólo resolviendo el creciente consumo energético residencial se podrán conseguir avances en la mitigación del cambio climático, y el parque de viviendas ya construido requiere de un esfuerzo en aplicación de nuevos materiales y nuevas soluciones en la rehabilitación de dicho parque, y sólo interviniendo sobre el diseño físico del espacio urbano ya existente podremos conseguir que las ciudades y el modo de vida urbano se acerquen, aunque sea un poco, a un funcionamiento más sostenible. Con la industria de la construcción prácticamente paralizada, los planes tanto del gobierno central como de los gobiernos autonómicos en materia de vivienda y desarrollo urbano tienen que girar hacia la rehabilitación del tejido urbano.
Foto tomada en Lincoln, Nebraska (Haymarket District) y descargada del proyecto Power to the poster.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Publicado en castellano el libro “La clase creativa”, de Richard Florida


Una nota breve para anunciar la reciente publicación en castellano del libro La clase creativa, de Richard Florida, publicado originalmente en inglés en 2002. Paidós ha editado este libro dentro de una serie que acaba de lanzar sobre los pensadores más influentes para afrontar los retos de 2010, entre los que destacan Mundo consumo de Zygmunt Bauman, La civilización empática, de Jeremy Rifkin o Hacia el abismo, de Edgar Morin.
Ya hemos comentado en este blog suficiente sobre Richard Florida y las ciudades creativas, un autor que tuvo la virtud de dar forma a una serie de conceptos y presentarlos de forma estructurada, elementos que al presentarlos hacen que suene obvio -como pasa casi siempre- pero que en su momento supuso una importante contribución para las teorías sobre el desarrollo económico regional y urbano. Con el tiempo, sus críticos han ido creciendo, de forma paralela a su éxito y caché como conferenciante, mezclándose argumentos de fondo con otros más ad hominem (como en sus disputas con Joel Kotkin). Incluso en el prólogo a la edición inglesa de 2004 el autor incluyó una especie de pliego de descargo a las críticas que tradicionalmente ha recibido, especialmente en cuanto a su falta de reconocimiento de las evidentes tendencias de desigualdad que generan las políticas activas de promoción de la clase creativa.
Leer el libro ahora, tras varios años tras la versión inglesa, sirve para descubrir que hay contenidos que quizá han pasado desapercibidos y son menos conocidos en la aproximación de Richard Florida a la descripción de las actuales tendencias sociales y de organización del trabajo. En especial, el libro adelantó algunas tendencias relacionadas con lo que llama "agentes libres", como tipología emergente de trabajadores protagonistas de esa clase creativa, con formas alternativas de acercarse a la relación con la empresa, con el tiempo de ocio, etc.

Hoy Florida está preparando su próximo libro, The great reset, en el que se centra en cómo la actual crisis económica va a suponer una completa modificación de la geografía económica urbana en los Estados Unidos, pero de mientras conviene recordar cómo también se están poniendo en cuestión algunas de las premisas de la economía creativa: los procesos de gentrification que se han producido en la última década (como en el caso de Hamburgo), el determinismo de la aplicación práctica de algunas de sus recetas, la perfecta coexistencia de políticas de promoción de la clase creativa con problemas sociales de desigualdad, etc.
Índice
1. La transformación de la vida cotidiana
Primera parte. La era creativa
2. El espíritu creativo
3. La economía creativa
4. La clase creativa

Segunda parte. Trabajo
5. El taller de estructuras metálicas y la peluquería
6. El mercado laboral horizontal
7. El puesto de trabajo sin corbata
8. La gestión de la creatividad
9. El túnel del tiempo

Tercera parte. La vida y el tiempo libre
10. Una vida colmada de experiencias
11. La gran metamorfosis (un desahogo)

Cuarta parte. Comunidad
12. El poder de la ubicación
13. La geografía de la creatividad
14. Tecnología, talento y tolerancia
15. Del capital social al capital creativo
16. Construir la comunidad creativa
17. La clase creativa madura

Apéndice A: De dónde han salido los números
Apéndice B: Información sobre las actualizaciones
Apéndice C: El Manifiesto de Memphis
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...