martes, 16 de diciembre de 2008

Midiendo la calidad de vida urbana

El Observatoire des modes de vie urbains de Veolia ha publicado recientemente un informe, 2008-Life in the city, de cierto interés. El trabajo ha incluido el análisis de 14 ciudades de los cinco continentes en relación a la vivencia urbana de los habitantes de las ciudades estudiadas. Se trata de un enfoque diferente al que hemos comentado aquí respecto a otros estudios sobre ciudades que toman la forma de rankings o listados de ciudades. En este caso, además de no tratarse de un ranking en sentido estricto sino más bien un trabajo de análisis a lo interno de cada ciudad y de comparación analítica entre ellas, estamos ante un enfoque más cualitativo –aunque cuantificado- sobre aspectos vitales y personales sobre la percepción de lo urbano.

Las ciudades incluidas en el informe son Tokio, Sydney, Beijing, Chicago, Los Angeles, Lyon, Ciudad de Mexico, Paris, Praga, New York, Alexandria, Londres, Shangai y Berlin. Son ciudades que en los rankings suelen aparecer como ciudades de clase mundial, o centros del poder político y financiero mundial (París, Londres, Nueva Cork y Tokio), pero también que en esos rankings han aparecido en la categoría de ciudades emergentes (Beijing, Shangai). En cualquier caso, aunque el estudio no lo pretende tampoco, debemos tener en cuenta que no es una selección significativa; faltarían, por ejemplo, ciudades que actualmente estén aumentando enormemente su población (como las que mencionamos en el post sobre las nuevas megaciudades del 2025), ciudades de carácter mediano, periféricas o que no sean capitales (tan sólo Lyon y Alexandria podrían incluirse en este apartado y se trata de una categoría que admitiría mucha mayor diversidad, sobre todo a la hora de identificar parámetros muy valorados respecto al estilo de vida en estas ciudades). Este estudio que mencionamos hoy, por tanto, es una propuesta que atiende principalmente a los estilos de vida en las grandes mega-ciudades actuales, con un alto componente de modernidad y emergencia económica. No me parecen representativos de la realidad urbana actual ni futura. En cualquier caso, la metodología explica por qué se han seleccionado estas ciudades.

Los diferentes resultados que se ofrecen tampoco son especialmente relevantes para trasladarlos a otros casos, aunque sí merece la pena detenerse en el informe para valorar las premisas de las que parte respecto a cómo entiende la calidad de vida. Y, en cualquier caso, aparecen algunos patrones comunes: preocupación por el coste de la vida, sensación percibida de falta de seguridad, el espacio urbano es percibido negativamente en sus efectos ambientales (especialmente la calidad del aire y el tráfico) y, por último, la movilidad es un elemento central para percibir la ciudad como una oportunidad. En general, resultados escasos y limitados en su extensión a otros casos, aunque sí que sirven para apuntar una experiencia de métrica de la satisfacción de la calidad urbana, un elemento básico a la hora de entender los procesos urbanos.

Esto sirve muy bien, además, para apuntar un excelente post -una vez más- de José Fariña (Ecocity, manual para el diseño de ecociudades), en el que disecciona el manual publicado por SEPES y presentado en el CONAMA. Y plantea, entre otras cosas, la necesidad de un cambio cultural, algo que Óscar Rebollo también apuntó en la jornada de presentación. En un contexto de cambio tecnológico, de abundancia de propuestas técnicas para organizar y sistematizar la vida urbana, falta la clave política para entender el significado de la calidad de vida urbana. El informe State of the World´s Cities ya mencionaba un aspecto fundamental de los desafíos urbanos a nivel global: la desigualdad. Y, ya lo hemos comentado en anteriores posts, la crisis está poniendo de relieve que la desigualdad es una constante, tanto en ciudad del mundo desarrollado como en el resto de ciudad del mundo. Y la desigualdad es también vivencia urbana, es experiencia vital y apenas se hace referencia a ella en el informe de Veolia.

PROPUESTA

Aprovechando algunas de las preguntas que sugiere el estudio, planteo:

¿Qué es lo que más te gusta de tu ciudad?

¿Qué es lo que menos te gusta de tu ciudad?

¿Qué es lo que hace mayor la calidad de vida en una ciudad?

Foto vía Nikonboi.

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2 comentarios :

  1. Hola Manu!

    Coincido contigo y con Fariña en que lo que hace falta es un cambio cultural de magnitud enorme, y no operaciones de maquillaje. Un abrazo, y te deseo que pases buenas fiestas ;) Am

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  2. Para mi lo que hace que una ciudad tenga calidad es todo aquello que consiga mitigar el stress,como transportes públicos que funcionen, lugares de ocio, espacios que recreen la vista, control del ruido urbano, limpieza...
    Vamos, que cuando comparo mi año en Florencia con mi vida en Madrid, se me ocurren muchas cosas

    Un saludo del equipo de BRM

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