viernes, 5 de junio de 2009

¿Un ejemplo extremo de marketing urbano?

La idea me la da una compañera, Alessandra Abbruzzese, que sabe mucho de las hazañas de la clase política italiana. No, no se trata de las polémicas fotos, me refiero a la tendencia de las élites políticas italianas a la innovación institucional en la peor versión posible. De todas formas, tomemos el post a modo de broma respecto a este país que sufre a sus políticos, y vayamos más allá.

En realidad, la noticia no es reciente. Año 2000, el fin del milenio, el efecto 2000, el fin de la historia. El alcalde de Brindisi, Giovanni Antonino, quiere situar a su ciudad en el centro de la Historia, ser protagonista y posicionarse como ciudad global, el centro de todas las miradas. Pura estrategia de marketing urbano al más puro estilo convencional, pensaríamos. Ya sabemos que hay marketing urbano con cierta coherencia, y marketing urbano al estilo spam, copia y pega. El marketing basado en eventos tiene estos riesgos, pero cuando el evento es la llegada de los extraterrestres, estamos hablando de cosas mayores.

Y es que la junta municipal de Brindisi aprobó:
"di lanciare un invito nello spazio, nelle forme possibili, acché una delegazione di extraterrestri, ove esistano, vengano a Brindisi alle ore 24.00 del 31 dicembre 1999 e di dare mandato al sindaco di attivare le associazioni ufologiche al fine di rendere concreta l'iniziativa".
La noticia no lo recoge, pero la historia incluye toda una parafernalia dirigida a atraer la atención del mundo en ese día, ser la capital global por un día. Para ello, todo un evento en el que invitarían a cenar a un extraterrestre a su "ciudad multiétnica" en nochevieja, instalando una carpa en la plaza, y sentando a la mesa a varios científicos de la NASA y de la agencia espacial rusa. Brindisi, centro de la galaxia, no tendrá Juegos Olímpicos, no tendrá Exposición Universal, pero tendrá su acontecimiento con el que hacer que toda la Galaxia hable de la ciudad.

Por supuesto, escribo esto con ironía; posiblemente, los políticos de Brindisi no habían oido hablar del marketing urbano y tampoco tenían ningún objetivo de dinamizar la vida de la ciudad ni ganar en atractividad. No había mayor discurso ni objetivo más allá de su nepotismo y su incompetencia. Simplemente, su altura de miras era tan infinita que llegaba hasta el espacio exterior. Pura locura, en realidad. O La cena de los idiotas. Y es que algunos afirman que han visto OVNIs en Brindisi:




Estoy exagerando, sí.
Pero podemos tomarlo como ejemplo de otros eventos que las autoridades públicas a veces ofrecen como excusa para posicionar la marca de la ciudad y que dejan esa sensación de evento extraterrestre, ajeno a la realidad, a la tradición, a los valores y a la idiosincrasia de la ciudad. Podemos tomarlo como aviso de que no todo vale, que construir y modificar la auto-percepción y la proyección exterior ha de acerse asentando valores y capacidades propias ya existentes en la ciudad, presentes en la vida social y en la dinámica del tejido social urbano. Desde luego, estoy convencido de que en Brindisi tienen muchas mejores cosas que ofrecer que una cena de navidad a formas de vida extraterrestre.

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Foto de Brindisi vía fe_pop en flickr.

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3 comentarios :

  1. En hora buena Manu por este artículo inteligente, divertido y al mismo tiempo con un sabor un poco amargo por una brindisina doc como yo que a distancia de años no puede no horrorizar al recuerdo de semejante ejemplo de marketing territorial! Pero ya sabes, los italianos, especie los del sur estamos acostumbrado a reírnos de nosotros mismo, quizá para evitar de llorar!
    De hecho desde siempre el pueblo brindisino ha sido famoso por su hospitalidad (en los primeros años noventa la ciudad fue literalmente invadida por miles prófugos albaneses que encontraron grande solidaridad por parte de los habitantes locales) pero sinceramente no creía podíamos llegar a atraer también a los E.T.!!!
    Cuando por primera vez apareció la noticia en los periódicos locales yo me encontraba en Londres, haciendo un master en desarrollo local donde el marketing territorial era precisamente una de las materias de estudio. Obviamente mi primera reacción a la noticia fue: Antonino se ha fumado todas las palmeras que adornan las dos avenidas principales de la ciudad!!!
    Pero cuando me di cuenta de que las palmeras (que por cierto se rumoreaba haber sido comprado con dinero público a un vivero bastante cercano al entonces alcalde) se erigían todavía majestosas pensé que mi preciosa ciudad había perdido todavía otra ocasión para evitar hacer el ridículo delante de toda Italia y buena parte del mundo (terrestre obviamente).
    No hace falta estudiar urbanismo o desarrollo económico para saber que esta brillante idea “antoniana” no tenía nada a que ver con el marketing territorial y muchísimo a que ver con el ego desbordante del primer ciudadano de Brindisi (segundo solo al del actual primer ministro Italiano), pero el efecto de esta tontería no es tan inocuo como parece. Muy a menudo los políticos italianos adoptan una actitud que sería más propia de los actores, showman o aspirantes tales: “para bien o para mal, lo más importante es que se hable”. Pero la política es o debería ser una cosa seria y no se puede pensar ridiculizar de esta manera a una ciudad y sobre todo a su ciudadanía de una forma tan irresponsable. ¿Quién puede tomar en serio las propuestas o las demandas de un pueblo con una de las más altas tasas de paro en Italia que vive en una zona considerada a altísimo riesgo ambiental cuando las prioridades de su primer representante están enfocadas a suscitar la hilaridad del resto del País?
    Es cierto lo que dices Manu, Brindisi tiene muchísimo más que ofrecer a turistas de todo el mundo que una cena “estrellar” pero primero tendría que aprender a ofrecer una vera oportunidad a sus ciudadanos para impedirles buscar al norte o al extranjero lo que no encuentran en su casa!
    Afortunadamente Antonino es un lejano recuerdo en nuestra memoria pero justo ayer hubo las elecciones del nuevo alcalde brindisino. Todavía no se conocen los resultados pero espero con todo mi corazón no tener que repetir como siempre después de las votaciones, aquella famosa frase de un niño napolitano “io… speriamo che me la cavo” (yo… espero que me vaya bien)

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  2. Politicos showman, perfomances urbanisticas, seres de otros mundos paseandose por el cielo,... A mi esto me suena de algo, me suena de algo...

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  3. @Ale: me he pensado mucho si escribir este post desde que me contacte la anécdota. a veces pienso que son estas anécdotas precisamente las que, gota a gota, van generando imágenes injustas, generalizaciones exageradas. Pero más allá de la broma, es cierto lo que dices, y merecería que un día contaras algo sobre lo que sugieres al final, la "fuga" de los jóvenes mínimamente preparados hacia el norte o al extranjero directamente. Y, por supuesto, que contaras también las capacidades con las que Brindisi podría sustentar su desarrollo local sin tener que recurrir a vidas extraterrestres ;-)

    @gallas: es una canción muy conocida, clara que te suena. Un greatest hit de cierta clase política.

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