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miércoles, 4 de julio de 2012

Detroit, cuando demoler se convierte en una opción


Sé que insisto mucho con el caso de Detroit y, total, está tan lejos que puede parecer que apenas sirve de referencia. O no. Evidentemente, es un caso extremo pero podemos verlo, sin ponernos apocalípticos, como una constatación de un hecho: las ciudades tienen sus momentos a lo largo de la Historia y nada impide que estas, llegado el momento, vean cómo su población se reduce, su economía se estanca y pierden toda su vitalidad. Ciudades o ciudades-región europeas como Liverpool, Leipzing/Halle o Genoa se están analizando desde la perspectiva de las shrinking cities.

Hace unas pocas semanas destacaba cómo Detroit había entrado en un proceso de demolición no programada tras observar cómo en el periodo 2006-2009 se concedieron 10 permisos de demolición por cada permiso de construcción de obra nueva. Es precisamente, el periodo en el que el impacto de la crisis (la actual en el caso de Detroit es sólo la puntilla final a una crisis más estructural de la ciudad por su dependencia del sector automovilístico que le dio esplendor años atrás) ha hecho que Detroit objeto de diferentes propuestas sobre cómo afrontar su decadencia. Así que, mientras se discutía, en realidad la historia seguía corriendo.
Tras este tiempo de dudas sin saber realmente qué hacer, parece que la apuesta ya es clara: demolición programada. El alcalde se ha decidido a sacar el bulldozer y tirar 1.500 edificios abandonados o en desuso en 90 días. Demolition man en acción. Rightsizing le llaman. Los responsables de urbanismo de la ciudad tienen ante sí un reto de enormes proporciones, de solución incierta y al que pocas veces se ha tenido que enfrentar una ciudad. Habiendo perdido la mitad de su población en las cuatro últimas décadas y con una superficie total de suelos abandonados similar a la de toda la extensión de París, no es fácil acertar, pero parece que han aceptado que hay que empezar a tirar las cosas de forma planificada y ordenada, para así generar superficies viables para su nueva urbanización o, simplemente, para reducir el tamaño de la ciudad y, consecuentemente, los costes de los servicios públicos de mantenimiento y dotación de infraestructuras.
Realmente, no queda otra. En los últimos años se han ofrecido para Detroit (y otras ciudades en similares condiciones como Flint) soluciones que sólo pueden ser parciales, de pequeña escala y adaptativas. A modo de laboratorio urbano (en este caso, con personas), diferentes propuestas han buscado ofrecer ventajas para que jóvenes emprendedores ocupen algunos edificios abandonados como centros de innovación social, liberar vacíos urbanos para convertir la ciudad en una gran granja urbana (con proyectos como (The Greening of Detroit, Detroit Eastern Market o Earthworks Urban Farm) o incluso rehabilitar ciertos edificios para ayudar a la revitalización de algunos barrios. De hecho, incluso hay alguna propuesta medio en broma (quiero creer) para hacer un parque temático zombie. Pero la demolición masiva y selectiva (analizando qué barrios o zonas son más susceptibles de encontrar salida y cuáles es mejor abandonar directamente), dada la magnitud y la extensión territorial del problema, parece la única alternativa para dar viabilidad al renacer de la ciudad en forma de nueva redensificación habitacional y posibilidades para la reindustrialización de la ciudad como una reconstrucción post-conflicto o post-desastre natural. Detroit Works Project es el plan del alcalde Dave Bing para llevar esta titánica tarea adelante, con un planteamiento que alcanza acciones de corto plazo y acciones de planificación a largo plazo. Este vídeo presenta de forma resumida qué ha pasado con Detroit y cuál es la idea general de la reconstrucción:


What Happened To Detroit?! from Publius on Vimeo.


martes, 3 de abril de 2012

Detroit en demolición


Una imagen gráfica de lo que está pasando en Detroit. En rojo, los puntos de la ciudad en los que se han aprobado licencias para demoliciones de edificios, frente a las licencias concedidas para nuevas edificaciones (en azul). La demolición ha sido una opción, al menos allí. Según el artículo With so much space, so few options -- Detroit's vast vacant lots are a burden, la ciudad de París podría entrar en toda la superficie de suelos vacíos o abandonados de Detroit.



Hace ya meses dediqué varios posts a este tema tan particular de Detroit y entonces veíamos cómo organizaciones sociales y autoridades públicas proponían soluciones para este problema. Sin embargo, las autoridades parecen asumir la realidad: apenas podrá activarse una parte de estos suelos y edificios y la mayor parte de ellos seguirán vacíos o sin un uso determinado durante años porque no hay respuesta integral y a corto plazo para tal magnitud. Las casas zombie seguirán ahí durante mucho tiempo.
@manufernandez

miércoles, 26 de enero de 2011

Detroit, atracción fotográfica y laboratorio de políticas urbanas


Detroit se ha convertido desde hace dos años en centro de atracción casi turística, un paraíso para la fotografía de los espacios urbanos en decadencia que ha permitido crear colecciones fotográficas que atraen la sensibilidad del observador lejano atraído por esos escenarios de decadencia en una ciudad que, apenas hace cincuenta años, fue un poderoso centro de atracción económica y que desde 1970 ha sufrido una especie de Katrina a cámara lenta desde el inicio del declive de la poderosa industria automovilística, los comienzos de la huida de la población más pudiente desde el centro hacia las periferias suburbanas residenciales y el estallido social de los ´60.
Detroit es también el perfecto ejemplo para los urbanistas que quieren hablar del fenómeno de las shrinking cities, ciudades que caen en decadencia económica y ven cómo la población huye ante la falta de oportunidades, dejando tras de sí un paisaje de casas abandonadas y de infraestructuras y equipamientos en desuso aquí se puede ver un completo catálogo). No es un fenómeno nuevo, la historia, tan caprichosa, ha ido dando y quitando poder a imperios, países y ciudades (véase este video, que muestra las ciudades que en cada momento han perdido población en el mundo en el periodo 1900-2000)). Para algunos, este influjo de la decadencia de Detroit empieza a rozar la pornografía, el gusto por el desastre y quizá no les falta razón, pero hoy Detroit representa el gran miedo de lo que una ciudad no quiere ser y el lugar perfecto para la fotografía de decadencia.
Mientras tanto, diferentes planes han llamado la atención buscando soluciones para la ciudad: reaprovechar los espacios en desuso como huertos urbanos, mirarse en el espejo de Turín y su exitosa renovación tras el declive industrial de hace unas décadas, desarrollar un programa masivo de destrucción de barrios abandonados, etc. Un laboratorio donde experimentar soluciones para espacios urbanos sin vida, el lugar perfecto para la elucubración teórica y las propuestas más o menos ingeniosas por recuperar un lugar sumido en el letargo. En este blog se puede encontrar un buen relato de su historia más reciente así como, una vez más, sorprendentes fotografías.
El atractivo de las colecciones fotográficas sobre la ciudad (ver más abajo un listado) es innegable, tienen el influjo de asomar al espectador a una mirilla por la que se ve el efecto del paso del tiempo en un escenario que ha perdido toda su vitalidad. La exploración urbana, sobre todo de los espacios decadentes, es un subgénero que está dejando grandes trabajos visuales y que ayuda a entender un poco mejor que hasta grandes ciudades que fueron hace no mucho el centro de la economía fordista hoy son una ciudad-fallida.
Reportajes fotográficos sobre la decadencia de Detroit

miércoles, 20 de enero de 2010

Ciudades en desalojo


Volvemos a hablar de Dubai....Sabíamos que estaba en crisis, que casi entra en barrena ante el aviso de que dejaría de pagar la deuda y que, a pesar de los esfuerzos por aparentar normalidad (que allí significa exageración) con la inauguración por todo lo alto de su Torre Burj Dubai (re-bautizada ya como Burj Khalifa), la situación de colapso avanza.
Me cuentan desde allí y compruebo en algunos periódicos que la mejor señal de cómo la ciudad está viviendo la crisis es el número creciente de coches abandonados en el parking del aeropuerto internacional. Los periódicos avisaban ya de que 3.000 vehículos estaban abandonados a principios de 2009 y la cifra no para de crecer. Los coches más lujosos son subastados y aquellos pertenecientes a los trabajadores expatriados de India, Pakistán o el resto de países que han aportado la mano de obra miserable de todos estos años siguen tirados en los aparcamientos.
El vídeo no tiene desperdicio, puestos a sacarle punta a todo. La música con el estribillo "Please, don´t go" irónicamente apunta al origen de tanto coche abandonado y a la huida precipitada de tanta mano de obra. Los coches, acumulando polvo en zonas que parece que se quedaron a medio construir y sin terminar su urbanización inicial.

En el otro lado del mundo, pero afectada por la misma situación de brutal exposición a crash financiero y sus consecuencias se encuentra Detroit, de la que alguna vez ya hemos hablado. Las ruinas de Detroit campan por la ciudad a medida que avanza el abandono de las plantas del sector del automóvil que tanta riqueza y esplendor han dado a la ciudad en las últimas décadas. Plantas abandonadas y casas abandonadas, que se pueden contar por miles. Igual sucede con Flint, Michigan, también expuesta al cuasi-monocultivo de la industria automovilística. Y otras ciudades del mundo también han vivido esta situación a lo largo de la historia. Ciudades en ruinas, shrinking cities. Hoy en día, más de 500 grandes ciudades están perdiendo población, frente a otras ciudades que emergen como nuevos centros urbanos a medida que acogen un nuevo proceso de abandono rural, esta vez en países en vías de desarrollo y especialmente en aquellos del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India, China). En Estados Unidos, en el marco de los debates sobre el plan de estímulo económico, este tema está teniendo un fuerte protagonismo y se plantean diferentes opciones de qué hacer con estas ciudades medio abandonadas.

Para Detroit, por ejemplo, ya se han planteado formas de recuperación urbana basadas en la conversión de los terrenos abandonados en granjas urbanas.  Belfast, Turín o Bilbao son señalados como modelos de ciudades que han conseguido revertir sus pasadas decadencias y que pueden servir de guía para acometer procesos estratégicos de renovación urbana en ciudades como Detroit. Otros proponen medidas más traumáticas: demoler todos los edificios abandonados y empezar de cero, mientras otros enfoques consideran que sería un error tirar de bulldozer en lugar de aprovechar lo ya construida para construir y rehabilitar sobre las bases históricas de las ciudades.
Intuyo que el abandono urbano y la despoblación de grandes áreas urbanas tradicionalmente muy pobladas se convertirá en una tendencia real. Se está dando una transformación de los habituales escenarios demográficos en los que hemos vivido las últimas décadas, y esta trasformación tiene un carácter global. Y esto afectará principalmente a las ciudades de tamaño medio. Reconfiguradas las jerarquías urbanas en el mercado de las ciudades-globales, las ciudades satélite o dependientes de capitales más conectadas con los flujos globales están altamente expuestas a perder población en los próximos años. Detroit hoy puede ser un paradigma de lo que una ciudad debe temer.

Global Map Animation from 1kilo on Vimeo.

En nuestro caso, como he insistido otras veces, tenemos unas particularidades muy concretas frente a este panorama. Tenemos un país de ciudades con expectativas de crecimientos poblacionales alocadas que ya nunca se cumplirán (¿esperó en realidad alguien que se cumplieran o era sólo cuestión de construir las casas?), pueblos convertidos en ciudades a base de nuevas áreas de actuación urbanística que han dejado edificios a medio construir y viviendas sin ocupar. Pero sigue haciendo falta reflexionar sobre qué hacer con todo ello.
Foto de cabecera tomada de Urbanexus.
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