lunes, 29 de septiembre de 2014

Smart cities. El mito de la integración y la retórica de la experiencia seamless (PhD brief notes #4)

Uno de los argumentos más utilizados para explicar el potencial de las tecnologías smart es el de su capacidad de integrar todos los sistemas de información y gestión que rodean la compleja gestión de los servicios urbanos. En esencia, esta aspiración busca un modelo de gestión centralizada en el que todos los mecanismos de toma de decisiones sobre cualquier elemento de la ciudad y sus infraestructuras descansan sobre un modelo ideal de integración de los sistemas de movilidad, de abastecimiento de agua, de información ciudadana, de gestión de residuos sólidos urbanos, etc. De esta manera, gracias a la integración, se consiguen dos objetivos básicos:
  • Por un lado, una mejora en la toma de decisiones públicas gracias a la disponibilidad de información contextualizada sobre diferentes parámetros en relación a otros conexos (por ejemplo, el sistema de gestión de emergencias perfectamente sincronizado con los modelos de gestión de flujos de tráfico, la información de disponibilidad en tiempo real de la flota de vehículos públicos de atención ciudadana, etc.). Es lo que llamaremos la integración de infraestructuras públicas.
  • Por otro lado, de cara a la ciudadanía, una experiencia sin interrupciones ni fricciones (seamless), que permite al ciudadano transitar en su vida diaria a través de los diferentes dispositivos, plataformas e interfaces de relación con la esfera pública inteligente sin incurrir en costes de transición de un sistema a otro (por ejemplo, mediante el uso de sistemas de identificación personal interconectados entre diferentes servicios a través de tarjetas ciudadanas que permiten el acceso a los medios de transporte público, a las actividades culturales, a la identificación para el pago de impuestos, etc). Es lo que llamaremos la integración de la experiencia pública conectada o, en palabras de Greenfield y Shepard (2007), “digitally-enhanced lifestyle consumerism, a narrative of effortless ease and convenience and security
Via Official seasons
Respecto a la integración de infraestructuras públicas, el objetivo lo describe sintéticamente McCullough (2014:198), al afirmar la preeminencia de la idea de la ciudad como sistema de sistemas:
“Seen from the top, where IBM provides consultation to policy makers and infrastructure builders, the challenge is to integrate. The city is a “system of systems”, which integrates core services in transportation, health care, public safety, nd public education”
A la hora de entender su significado, empezaremos por seguir algunas de las conclusiones de Bell y Dourish (2006), que analizan dos de los casos pioneros de implantación masiva de infraestructuras inteligentes en Singapur y Seúl desde una teoría crítica de las infraestructuras tecnológicas, caracterizadas, según los autores por su carácter imperfecto (frente a la supuesta perfectibilidad de su despliegue y funcionamiento):
In other words, infrastructures are messy. The messiness that we experience in laboratory ubiquitous computing infrastructures is not a property of prototype technologies, of the bleeding edge, or of pragmatic compromise; messiness is a property of infrastructure itself. Infrastructures are inherently messy; uneven in their operation and their availability. The notion of a seamless and uniform infrastructure is, at best, a chimera, and at worst, to draw on aboriginal Australian myth, a mulywonk—a fearsome creature that might be invoked to steer people away from certain paths, places, or actions. “
Respecto a la integración de la experiencia pública conectada, es decir, de una experiencia mediatizada por la tecnología en la que no hay lugar a las dudas, los inconvenientes, los esfuerzos extra, los retrasos o la preocupación en el uso de los mecanismos inteligentes, de nuevo nos encontramos ante una pretensión que necesita pasar el filtro de la realidad y el filtro de la evaluación ética. Desde el punto de vista ético, de nuevo el análisis de Adam Greenfield en Everyware (2006) nos permite situar unos primeros cuestionamientos éticos a la hora d enfrentar el diseño de sistemas inteligentes de servicio a la ciudadanía (Greenfield 2006: 235-247):
  • En caso de fallo, estos sistemas deben asegurar la seguridad física, psíquica y financiera de los usuarios, de manera que un potencial error, fallo limitado o bloqueo absoluto del sistema inteligente no produzca en ningún caso riesgo o daño alguno al usuario.
  • Los sistemas inteligentes han de ser diseñados de manera que sea transparente e inmediato el reconocimiento de su presencia y sus aplicaciones por parte del usuario, de manera que se evite que el usuario opere con el sistema de manera inconsciente o inadvertida.
  • El comportamiento normal del sistema ha de evitar generar sistemas de abuso, humillación o rechazo social para sus usuarios.
  • El sistema inteligente no debe introducir complicaciones indebidas en sus operaciones ordinarias para el usuario. 
  • El sistema inteligente ha de ser diseñado para contener una forma fácil para salir de su ámbito de actuación en cualquier momento y situación.
En este mismo orden de cosas, y también desde el punto e vista especifico de la computación ubicua –uno de los drivers de muchas de las soluciones del catálogo propuesto de las smart cities- podemos destacar las notas realistas de Galloway (2008:268) sobre esa aspiración a un mundo de integración absoluta, sin obstáculos, natural e imperceptible:
“I believe that the kind of world envisioned by ubiquitous computing will never have the perfectly seamless or stable infrastructure necessary to make it work at its most global and totalising scale. Computer technologies, including the internet, have always rolled out unevenly and without clear plans—and much of our technological infrastructure is already a mash of disparate parts made to do the best they can until they break, or something better comes along.” 
Este escenario es presentado en el nuevo imaginario tecnológico de la ciudad inteligente como un constante flujo de relaciones que ahora podemos prever y determinar, cuando, en realidad, “(…) the kinds of social relations and interactions that are advocated in urban computing and locative media visions are equally uncertain, inconsistent and unstable” Galloway (2008:269) y representan la definición misma de la vida en la ciudad, representada precisamente por situaciones de discontinuidad de un sistema a otro:
“Much of what is interesting and valuable in urban life happenns precisely at the means, at the hinges or interfaces between different states of being.” (Greenfield 2013)
La retórica semalessness - tal como se presenta se presenta esta promesa desde las principales empresas del movimiento smart city: “In this context, “semaless” means that the user perceives no interruption in the flow of a technically-mediated experience, even though that experience may be produced by the interaction of heterogenerous systems” (Greenfield 2013)- es una constante casi desde el inicio de los estudios de las tecnologías de información ubicua, en paralelo a su reputación tanto desde dentro como desde fuera del campo propio de la computación ubicua. Sin embargo, la promesa de un escenario de perfecta integración de los servicios a través de los cuales es mediatizada la vida en la ciudad sigue siendo una promesa central y crítica del relato de la smart city, basada en la descontextualización social sobre el uso práctico de las infraestructuras desplegadas en la ciudad, tal como apuntan Bell y Dourish (2006):
“They are sites of negotiation and contest, compromise and coordination, approximation and partial agreement. They are unevenly distributed and unevenly available. They are continually in flux, and brought into local stability only through active engagement and coordination. Infrastructure itself is a relational property; it describes a relationship between technology, people, and practice. In this environment, then, thinking of infrastructure as stable, as uniform, as seamless, and as universally available is clearly problematic. It is not merely a dream of a world not yet realized; it is a dream of a world that could never be realized.”
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BELL, Genevieve y Paul DOURISH (2006) “Yesterday´s tomorrows: notes on ubiquitous computing´s dominant vision”, en Personal Ubiquitous Computing 2006
GALLOWAY, Anne (2008), A Brief History of the Future of Urban Computing and Locative Media, disertación de tesis doctoral, Carleton University Ottawa
GREENFIELD, Adam (2006) Everyware: The Dawning Age of Ubiquitous Computing, New Riders Publishing, Berkeley
GREENFIELD, Adam y Mark SHEPARD (2007) Urban computing and its discontents, situated Technologies Pamphets 1, The Architectural League of New York, New York
GREENFIELD, Adam (2013) Against the smart city, Do Projects, Nueva York
McCULLOUGH, Malcolm (2014) Ambient commons. Attention in the age of embodied information, MIT Press, Cambridge
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Tras la primera presentación que hice de la estructura de la tesis (The myths behind the smart city technological imaginary (PhD brief notes #1)), a partir de ahora iré publicando algunos retazos del texto, que va avanzando. En algunos casos serán notas bastante desestructuradas o incluso una sucesión de citas, pero igual sirven como guía para entender cómo va evolucionado los temas que voy trabajando, qué referencias nuevas van apareciendo, etc. 

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1 comentario :

  1. enhorabuena. me gusto mucho sus comentarios y artículos. estoy investigando ahora el tema de las smartcities, pero centrado en las comunicaciones.
    saludos

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